Cristina Molina Parrilla es la directora de Análisis y Estrategia en Salud Mental de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios Provincia de España. Desde la experiencia vivida, uno de los retos más apasionantes, desde el punto de vista profesional y personal le ha llegado este 2021 con la oportunidad de liderar la plataforma SOM Salut Mental 360.
Cristina Molina | Directora de Análisis y Estrategia en Salud Mental de la Orden Hospitalaria SJDProvincia de España
¿Qué valoración hace de este 2021 ahora que la plataforma tiene ya más de un año de vida?
Es una valoración positiva. Destacaría que ha sido un proyecto muy innovador si lo miras desde la misma plataforma en sí misma, que va mucho más allá de ofrecer únicamente información. Es innovadora también desde la vertiente organizativa, porque nos ha ayudado a trabajar más conjuntamente diferentes profesionales de los centros de SJD. Desde una mirada de equipo, más que individual, hemos podido dar esa mirada 360 desde la plataforma. Y esto es importante porque incorpora la sensibilización, la promoción, la prevención o hablar de problemas de salud mental determinados, pero también suma esta visión más social y más de los aspectos de la ética relacionados, como todo el tema de los derechos. Y, de igual modo, no entendíamos desarrollar una plataforma dirigida a la ciudadanía y no hacerla con la ciudadanía, en este caso representada por las entidades asociativas. Ha sido una oportunidad para poder realizar realmente un proyecto cocreado, también con las asociaciones.
Salió antes de lo previsto…
El proyecto estaba enmarcado dentro del Plan Estratégico de Salud Mental de la Orden Hospitalaria SJD (Provincia Aragón – San Rafael) de 2017 y tenía previsto su lanzamiento el 2021. Sin embargo, salió a finales de julio de 2020, porque entendíamos que una institución como San Juan de Dios debía acompañar a la ciudadanía en un momento en que la pandemia de la COVID-19 estaba impactando tanto en su salud mental y bienestar emocional y, sobre todo, cuando afectaba a colectivos especialmente vulnerables: jóvenes, personas mayores, personas en riesgo de exclusión social o los propios profesionales del entorno sanitario y social.
¿Cómo es de necesaria una herramienta como SOM Salud Mental en plena pandemia?
Mucho. Debíamos acompañar a la ciudadanía con esta mirada 360, no hablar solo de la depresión y de la ansiedad, sino de cómo el confinamiento nos estaba afectando. Comparada con otras plataformas, que daban una visión más cercana a problemas puntuales, nosotros tratamos de dar respuesta a esta diversidad de cómo la ciudadanía vivía esta situación.
¿Qué ha hecho la plataforma para conseguirlo?
Con la pandemia y el confinamiento, la mayoría de personas nos relacionábamos a través de las nuevas tecnologías y, por tanto, estas herramientas eran las que teníamos más a nuestro alcance. La gente necesitaba saber si lo que estaba experimentando era normal o anormal. Era importante tener cerca, aunque fuera de forma digital, estos profesionales expertos y tener disponible información fidedigna hecha con rigor. Notamos que la ciudadanía, con esta plataforma, se sentía acompañada.
En esos momentos hacíamos encuentros digitales semanales y la gente, que no podía salir a la calle ni socializarse, veía que no se sentía sola y tenía un apoyo para vivir esta situación de soledad, y una compañía en estos procesos… En ese sentido, fue importante dar voz a testimonios de personas que estaban pasando lo mismo que tú. El objetivo era hacernos accesibles y, a pesar de ser una plataforma digital que conlleva siempre cierta distancia, intentar que fuera acogedora, hospitalaria —siguiendo los valores de la Orden—, humana, empática… ¡Todo esto era imprescindible durante la pandemia!
¿Cuál es el punto fuerte de la plataforma? ¿Qué la hace diferente a otras propuestas?
Hay varios aspectos fuertes, no me quedo solo con uno. Por un lado, esta visión 360 es muy importante, porque la salud mental es 360 y debemos tener esa visión.
Las plataformas a nuestro alcance apuestan por la sensibilización y la lucha contra el estigma y realizan una tarea muy relevante, o son plataformas más enfocadas a hablar de problemáticas, diagnósticos o trastornos determinados… u otras que hablan más de otros aspectos como de los derechos. Pero, es muy innovadora una plataforma que lo englobe todo, desde esta visión 360 y el reto que ha supuesto para los propios profesionales de los centro. Y esto es lo que hemos hecho.
También es muy innovador el tema de la cocreación, porque hablamos mucho de cocrear, pero eso realmente es muy difícil. No es demasiado frecuente que las personas representantes de las asociaciones y en primera persona, hayan sido parte de los equipos de profesionales expertos, que han participado, que han elaborado los contenidos, que han prestado los servicios que prescribe la plataforma, que coordinen los monográficos, y que puedan coordinar los seminarios web.
Cuando nosotros iniciamos el proyecto e hicimos la primera reunión con las asociaciones, uno de sus miembros dijo que una entidad como Sant Joan de Déu no se puede conformar con desarrollar un proyecto o una plataforma que sea puramente informativa, porque esto ya lo podemos encontrar en muchos otros lugares. Desde la Pregunta al experto o en los portales temáticos cada vez más apostamos por hacer una plataforma que pueda dar respuestas más individualizadas e integrales de lo que el usuario de la plataforma realmente nos pide.
¿Qué aspectos es necesario mejorar o potenciar de cara al 2022?
Para el 2022 hay dos aspectos muy importantes. Primero, ver si realmente las expectativas que existían por parte tanto de los profesionales como de las entidades participantes se han cumplido. ¿Hemos podido dar respuesta a las demandas? Y, segundo, identificar nuevas necesidades en las que SOM Salud Mental debería dar respuesta. Por ejemplo, vemos que el perfil de usuario más frecuente es el de una mujer de mediana edad. Teniendo en cuenta esto, quizás debemos pensar si tenemos que hacer contenidos o hablar de problemáticas que sean más atractivas para los hombres y así vean la utilidad de plataforma. En cuanto a los jóvenes también hemos ido incrementando los usuarios jóvenes, pero ¿les estamos dando respuesta? ¿Debemos mejorar las redes sociales? ¿Debemos dirigirnos a ellos con sus medios y ser más cercanos?
“SOM Salud Mental es un instrumento suficientemente bueno como para que lo prescriban a las personas atendidas y a sus familias .”
¿Y por otra parte, hemos implicado suficientemente a los profesionales de nuestros centros SJD? ¿Qué debemos mejorar para implicarlos aún más? Es verdad que tenemos un comité técnico muy motivado y que ha hecho mucho trabajo, pero necesitamos que esto llegue a más profesionales, a los profesionales de base. Que ellos sean los que nos propongan temáticas y que vean SOM Salut Mental como un instrumento suficientemente bueno como para que lo prescriban a las personas atendidas y a sus familias.
A menudo en la consulta no salen muchas cosas o las familias tienen preguntas después. Los profesionales deberían decir: “Mirad, existe esta plataforma que puede complementar su información”. Para nosotros esto es prescribirla, al igual que puede prescribirse un fármaco o un tratamiento, como un instrumento de ayuda.
¿Qué nos queda por hacer para romper estigmas y perder el miedo cuando hablamos de salud mental?
Se ha hecho mucho en los últimos años. Ha habido organizaciones como Obertament u otras entidades en el ámbito del sector de la salud mental que hace muchos años que lo trabajan. El tema del activismo, el uso del testimonio y dar voz en primera persona es muy importante para sensibilizar. Hemos tomado conciencia de que esto nos puede afectar a todos en algún momento de nuestra vida, que esto no solo afecta a unos pocos, que ya no podemos decir “esto no va conmigo”. La pandemia ha puesto de manifiesto que determinadas situaciones en la vida pueden afectarnos y que cuidar nuestra salud mental y nuestro bienestar emocional es un tema muy importante. Como dice la OMS, no hay salud sin salud mental.
«Es importante hablar del cuidado del bienestar emocional y de la necesidad de pedir ayuda cuando uno no está bien.»
Aunque todavía nos queda mucho por recorrer, hemos hecho un avance importante y una plataforma como SOM Salud Mental puede ayudar mucho para hablar de ello, sensibilizar y romper mitos y tabúes. Por ejemplo, se habla ahora mucho del suicidio cuando antes era impensable hacerlo; estamos hablando de derechos de las personas. Y todas estas iniciativas ayudan a avanzar en la lucha contra el estigma y en la sensibilización social de la ciudadanía. Ahora lo necesitamos mucho más porque está afectando mucho a la gente joven. Es importante hablar del cuidado del bienestar emocional y de la necesidad de pedir ayuda cuando uno no está bien.
Uno de los problemas que han tenido el estigma y el autoestigma es la dificultad de que estas personas pidieran ayuda y accedieran al sistema sanitario y a la atención sanitaria. Es vital pedir ayuda para realizar un buen diagnóstico y para prescribir un buen tratamiento. Y esto ahora es cada vez más frecuente.
¿Cree que estos avances en salud mental serán anecdóticos o se mantendrán de cara al futuro?
Esperamos que no sean anecdóticos. A veces no aprendemos o no lo interiorizamos, a pesar de las situaciones y circunstancias que podemos vivir como sociedad. Pero sí que es verdad que situaciones como estas nos hace plantearnos la necesidad de ser sociedades más resilientes. ¡Y ahí es nada lo que lo hemos sido y la capacidad que ha tenido la sociedad de aguantar estos confinamientos, de aguantar dos años, de sextas y séptimas olas… pero sí que es verdad que, sobre todo, a lo que sí que tiene que ayudarnos es a no dar pasos atrás.
Primero, esta situación nos ha permitido, en el ámbito político, que la salud mental sea un tema prioritario. Ha sido tema número 1 en la agenda política, tanto a nivel mundial en organismos internacionales, como a nivel gubernamental. Ha habido una preocupación real. También hemos dejado de hablar solo de salud mental y se habla de bienestar emocional. Si no, la salud mental se asocia solo a un concepto de enfermedad. Debemos ser capaces de garantizar el bienestar emocional para no enfermar.
La pandemia no ha afectado a todos por igual. Hay determinantes sociales muy importantes y, si decimos que en todas las enfermedades existe una influencia del código genético y también una influencia del código postal, en salud mental esta influencia es aún mayor.
En definitiva, si en cuanto a la sociedad en general, políticos, profesionales… hemos pensado en esto y sacamos esta lección, no habremos avanzado solo en la lucha contra el estigma de la enfermedad mental, sino que habremos avanzado como sociedad para ser una sociedad más resiliente y habremos avanzado en la justicia social. Y esto último es lo más importante.
¿Está satisfecha de todo el camino realizado hasta ahora?
Yo me llevo una experiencia profesional y personal muy positiva. Es un proyecto que nos ha dado la oportunidad de crear equipo entre profesionales de los diferentes centros, crear proyecto común, crear alianzas y situarnos un poco a todos y a todas en un mismo punto. Seguro que habría cosas que las podríamos haber hecho mejor, seguro que todavía hay mucho camino por recorrer, pero el proyecto ha sido una experiencia que nos ha enriquecido a todos y a todas.
Esta entrevista forma parte de la Memoria Solidaridad SJD