Una de las medidas preventivas de la crisis de la COVID-19 es evitar, en lo posible, el contacto físico y los desplazamientos. Esta situación ha hecho que el voluntariado de San Juan de Dios se haya tenido que adaptar a las nuevas circunstancias.
Además de seguir acompañando a usuarios y usuarias a través de llamadas telefónicas y mensajes de ánimo, el voluntariado del Parc Sanitari Sant Joan de Déu está estos días trabajando de lo lindo.
Desde sus casas conciencian al entorno de la necesidad de evitar los desplazamientos innecesarios. Es por eso que algunas de ellas han convencido a sus personas cercanas para que las ayuden a montar pantallas protectoras faciales para nuestros sanitarios. ¡La solidaridad se ha contagiado! Es el caso de Carmen y su marido Josep, que además de voluntario también es trabajador de la FAD, y que las montan en su casa, como las gemelas Emma y María, a las que su padre les ha transmitido el valor del voluntariado. Las pantallas protectoras se reciben a través de donaciones empresariales pero la mayoría de ellas vienen sin ensamblar. Es aquí donde entran Lisvely y Luisaura, que las recogen en los almacenes del centro, las llevan a casa del voluntariado para ajustarlas y, después las devuelven en el Parc Sanitari para que puedan ser utilizadas.
Otra voluntaria, Asun, del Programa ‘Soledad y Final de Vida’, ha hecho 250 gorros de tela para los profesionales con la ayuda de sus hermanas Paula y Merche. También ha hecho más sombreros protectores para la Residencia de la Colonia Güell, expandiendo esta solidaridad más allá del propio recinto del Parc Sanitari. Mercè es la encargada de llevarlas a los centros.
Una gran cadena solidaria que se cierra con el apoyo del equipo de lavandería del centro, que finalmente lava los gorros para que puedan ser utilizados por los profesionales.
Los voluntarios y voluntarias son personas que eligen dedicar parte de su tiempo a apoyar a quién más lo necesita. Por eso, son un pilar fundamental de San Juan de Dios, sobre todo estos días de incertidumbre. Y no han dejado de estar presentes cuando más se los ha necesitado.
¡Conoce muchas más historias solidarias en Las Caras de la Vulnerabilidad y ayúdanos, con tu granito de arena, a cuidar!