Zarandeémonos unos a otros y exploremos la cultura desde otros lugares

Txell Esteve, opinió a Social.cat

Txell Esteve | Responsable de comunicación de la Obra Social Sant Joan de Dios

Que el arte y la cultura son un refugio, una herramienta transformadora, un termómetro que mide el estado de buena salud (o no) de nuestra sociedad lo sabemos todos y todas. Asumimos que cualquier forma de expresión artística nos hace crecer, nos hace pensar, nos hace sentir, disfrutar, vibrar y, en el mejor de los casos, incluso nos puede llegar a hacer volar. Y si no, ya lo decía Dario Grandinetti en la mítica película El lado oscuro del corazón de Eliseo Subiela: “Si no saben volar, pierden lo tiempo conmigo”. Estas ansias de volar constantemente resumen muy bien nuestra exigencia a la hora de consumir. Es una premisa que a menudo nos lleva a un consumo estresante, impulsivo y sincopado, a golpe de clic. Da igual lo que veamos, lo importante es verlo todo y hacerlo ya.

Y así consumimos cultura a diestro y siniestro, a través de absolutamente todo lo que nos rodea y cada vez lo hacemos más deprisa para poder ser los primeros en comentarlo, en inundar las redes sociales con todo lo que consumimos, en decir a los cuatro vientos que hemos visto la última serie de Filmin, la última obra de Nil Cardoner o que hemos bailado toda la noche con el concierto del enésimo grupo de moda. Somos capaces de comprar entradas para festivales de música a un año vista (incluso sin conocer el cartel), pero somos incapaces de recordar el nombre de la obra de teatro que vimos anteayer.

Quizás hemos ido pediendo, poco a poco, la capacidad de disfrutar del arte y la cultura a otro ritmo. De ir al teatro a dejarnos seducir, para que nos enamoren. Que se apaguen las luces y nos expliquen una historia, sentir el instante único y mágico que es compartir una sala, la que sea, con otras personas, y sentir como si fueran tuyas las respiraciones, las risas, los llantos o los gemidos ajenos. Entregarnos a una propuesta artística que hace visibles cosas invisibles y perdernos en todo aquello que nos puede pasar cuando abrimos nuestras compuertas y sencillamente dejamos que pase.

Uno de los poderes más potentes que tiene el arte es el de transformar, el de removernos tanto que estamos días anclados en aquella obra de teatro o en aquella secuencia, y queramos quedarnos a vivir. Y no solo esto, sino que, de alguna manera, nos modifica. No sabes cómo ha pasado, pero ha pasado, y tienes la certeza que después de aquella experiencia artística ya no eres igual. El arte hace visible aquello que no siempre lo es y lo hace disparando allá donde toca para remover y zarandear.

Y zarandear es lo que queremos hacer con el Festival Sacseig, la nueva propuesta de artes escénicas para la inclusión social, que nace de la mano de la Obra Social de San Juan de Dios y uTOpia Barcelona, y que podréis conocer del 11 al 14 de mayo en diferentes espacios de Barcelona.

El Festival Sacseig da voz y protagonismo a las personas que viven situaciones de vulnerabilidad, y lo hace no solo porque las artes escénicas son una buena herramienta de empoderamiento e inclusión social, sino para reivindicar que todo el mundo tiene cosas que decir y que la cultura nos pertenece a todos y todas. Este festival está protagonizado principalmente por personas en situación de vulnerabilidad, es un espacio para erradicar las narrativas sociales que reducen las personas a determinados hashtags identitarios que les son impuestos. Sacseig es el espacio donde romper barreras para democratizar la cultura impulsando diferentes propuestas de calidad artística con conciencia social.

Con este festival queremos zarandear a las personas que actúan, para que puedan definirse desde otros lugares, pero también queremos zarandear al público que lo mira, para que se deje seducir para hacer suyas las vulnerabilidades que nos tocan a todos. Queremos zarandear equipamientos, a los programadores y los creadores y creadoras para que se atrevan a acercarse a lugares poco explorados todavía. Queremos zarandear instituciones y medios de comunicación para invitarles a dar la vuelta a todo y que se atrevan a cambiar el relato de lo que nos rodea. Queremos zarandear estructuras sociales establecidas para cuestionarlas, debatirlas y transformarlas.

En definitiva, queremos zarandearte a ti, para que te atrevas a pensar y a creer que una manera distinta de hacer y de consumir cultura es posible, y va más allá de lo que pasa en tus redes sociales. El Festival Sacseig tiene que ver con todo lo que pase dentro de ti cuando conozcas la nueva propuesta cultural y social de Barcelona.

Esta es la traducción del artículo publicado en Social.cat el 21 de abril de 2023

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