Este año, a causa de la pandemia no se harán muchas de las actividades presenciales que conmemoran este día pero queremos seguir concienciando sobre la problemática del sinhogarismo en todo el mundo.
Cada año en noviembre se celebra el día mundial de las personas en situación de sin hogar. La crisis económica y social, que se ha visto agraviada por la COVID-19, ha vuelto a golpear un colectivo que ya era vulnerable previamente por una falta de vivienda y programas contra la exclusión social. Con el establecimiento del confinamiento y del toque de queda, la situación de estas personas empeora: además de tener más dificultades para cubrir necesidades básicas, pueden sufrir más inseguridad porque quedan expuestas en la calle y pueden ser sancionadas. Además, se ha constatado un incremento de personas sin hogar debido a que muchas familias se han visto en la calle al quedarse sin trabajo o tener antes de la pandemia una situación económica precaria.
Más de 40.000 personas viven en España en situación de sin hogar. Los factores que inciden en el riesgo de las personas a sufrir exclusión social grave y exclusión residencial son de carácter estructural, institucional, relacional y personal. Y todas estas variables se combinan de formas muy diferentes en cada caso. Así, cada persona es fruto de un proceso y una historia única e irrepetible, y con esta mirada personal tiene que ser también acompañada.
Aunque tradicionalmente se han considerado personas sin hogar a aquellas que viven en la calle, los últimos años se ha apostado por una definición de sinhogarismo que contempla otras formas derivadas de la exclusión residencial que no tienen por qué ser visibles en la calle: personas que viven en equipaciones para personas sin hogar o que residen en una vivienda insegura o inadecuada. Hablar de sinhogarismo, en lugar de personas sin hogar, es dejar de poner el foco y la responsabilidad en la persona y ponerlo en la problemática y en un sistema que excluye y deja al margen a muchas personas.
En San Juan de Dios trabajamos, a través de los albergues, centros residenciales y los pisos de inclusión social, en programas solidarios que cubran las necesidades básicas de las personas que se han quedado sin hogar, e intervenimos con programas de acompañamiento social, formativos y de inserción laboral, que potencian la recuperación de la plena autonomía. Además rompemos estigmas y acercamos a la sociedad a estos colectivos a través de herramientas de sensibilización, como el reciente Escape Room ‘La Madriguera’ y visitas a los centros con empresas, escuelas y personas colaboradoras.
Este año, por ejemplo, Sant Joan de Déu Serveis Socials Barcelona ha abierto un nuevo centro residencial exclusivo para mujeres en Barcelona, La Llavor. Se trata de un dispositivo pionero en la ciudad que dará salida a una realidad muy oculta y silenciada: la de las mujeres que sufren sinhogarismo. A menudo, el sinhogarismo femenino se vive más de puertas para adentro y está estrechamente relacionado con la violencia de género y situaciones de abuso.
De igual manera, centros como Sant Joan de Déu Valencia, Sant Joan de Déu Serveis Socials Mallorca o la Fundación Jesús Abandonado en Murcia continúan trabajando, a pesar de las dificultades, para apoyar y acompañar a todas estas personas.
El día mundial del sinhogarismo es un buen momento para tomar conciencia sobre la complejidad de estos fenómenos, luchar contra las causas que provocan esta exclusión social y luchar por los derechos de todas las personas, además de escuchar las experiencias de testimonios que nos hablan en primera persona de esta realidad. Os animamos a escucharlos en nuestra web de LatidosSJD.