La situación de emergencia actual es una oportunidad para dar valor al trabajo que hacen muchas personas diariamente, que siempre es muy necesaria y tiene especial protagonismo con la situación de la COVID-19. Cada paso y pequeña acción cuenta, y por ello seis personas residentes en el CRI Creu dels Molers se han implicado en la confección de mascarillas.
«Es un trabajo que además de ofrecer un empleo a los residentes, es de una utilidad muy real y tiene una consecuencia muy directa en el entorno», explica Montserrat Alert, educadora en el Centro Residencial de Inclusión Creu dels Molers, de Sant Joan de Déu Serveis Socials Barcelona. A ritmo de unas veinte mascarillas al día, ya han fabricado 67 para entregar a los residentes, y las próximas las quieren ofrecer a entidades del barrio que las necesiten.
En el centro tenían dos máquinas de coser y dos personas que son costureros. Otras cuatro personas hacen la costura a mano o el recortado de la pieza de ropa y las marcas. «En Creu dels Molers hacemos acompañamiento en la búsqueda de empleo en el sector profesional, y con la situación actual encontramos salida a la profesión de estas personas. Están satisfechos de poder ayudar y personalmente se sienten realizados porque pueden aportar a la entidad y en otros centros.» Iniciativas como estas llenan la solidaridad de esencia y hacen que sea aún más solidaria.
Sant Joan de Déu Serveis Socials Barcelona lleva 40 años acompañando a personas en situación de sin hogar y trabajando para que recuperen su autonomía.
En San Juan de Dios nos gusta cuidar, y si podemos hacerlo es gracias a estas pequeñas grandes acciones.