El Centro Residencial de Inclusión La Llavor, gestionado por Sant Joan de Déu Serveis Socials, dispone de 40 habitaciones individuales y asegura así la continuidad del equipamiento extraordinario puesto en marcha durante la epidemia de la COVID-19. Además cuenta con la colaboración de la Fundación Ared para ofrecer un servicio de formación e inserción laboral.
Se trata del primer centro de estas características en la ciudad, inspirado en la Medida de gobierno del Ajuntament de Barcelona para la prevención del sinhogarismo femenino que se presentó el pasado mes de enero y que igualmente da continuidad a uno de las equipaciones extraordinarias que se pusieron en marcha en el contexto de la pandemia.
El Centro Residencial de Inclusión (CRI) La Llavor está ubicado en la calle Saldes 6-8, en el distrito de Horta-Guinardó. Se trata de una equipación gestionada por Sant Joan de Déus Serveis Socials con la colaboración de la Fundación Ared, que ofrecerá también a las mujeres residentes un servicio específico de formación e inserción laboral. La equipación se integra en la red pública del Ayuntamiento de Barcelona, que prevé destinar 1,16 millones de euros el año de su presupuesto para garantizar su funcionamiento y mejorar así la situación de las mujeres en situación de sinhogarismo y favorecer los respectivos procesos de recuperación personal e inclusión social y laboral.
La Llavor dispone de 40 plazas con habitaciones individuales que permiten un espacio privado y de intimidad para facilitar la recuperación de las mujeres usuarias. Igualmente, ofrece la cobertura de las necesidades básicas y su funcionamiento está diseñado para ofrecer una atención integral centrada en la persona que fomente su autonomía y autogestión, con espacios comunes como por ejemplo la lavandería o el comedor. El objetivo del centro pasa para ofrecer un espacio residencial hasta que las mujeres atendidas encuentren una alternativa más estable y adecuada en su situación, además de ofrecer un acompañamiento social y emocional desde una perspectiva de género. Está pensado para mujeres solas mayores de edad en situación de exclusión social y residencial, sin ingresos o con ingresos insuficientes que no los permiten acceder a una solución de alojamiento de manera autónoma.
Durante la ecolsión de la pandemia de COVID-19, el Ajuntament de Barcelona puso en marcha diferentes equipaciones en la ciudad para garantizar que las personas sin hogar podían afrontar el confinamiento en igualdad de condiciones. En total se abrieron unas 700 plazas extraordinarias, que se sumaron a las cerca de 2.200 que ya funcionaban cada día en la ciudad, ya sea de titularidad municipal o en colaboración con el conjunto de entidades que integran la Xarxa d’Atenció per a Persones Sense Llar (XAPSLL). El objetivo del consistorio es que las equipaciones diseñadas específicamente para mujeres, jóvenes y personas con drogodependencias, que son pioneros en Cataluña, sigan funcionando más allá de la pandemia. La Llavor es lo primero de estos centros extraordinarios que ha encontrado un espacio de continuidad para funcionar más allá de la crisis sanitaria.