Entre la incertidumbre, la tristeza y los instantes de esperanza de estos días, la vida también se abre camino. En abril nació Niko, el primer hijo de Margarita, una de las residentes en la Llar Sant Joan de Déu, que pertenece a la Fundació Germà Tomàs Canet de SJD.
El futuro y la alegría también nacen estos días que, con la situación generada por la COVID-19, es cuando más lo necesitamos. Para celebrar el nacimiento y darle la bienvenida, las otras personas que residen en la Llar Sant Joan de Déu de Manresa prepararon un ramo de flores hechas de goma. Uno de los niños, Lucas Javier, fue el encargado de entregarle el ramo y mostrarle como todos y todas están a su lado estos días para ayudarla en lo que sea necesario. Tal y como explicaron, Margarita se quedó sin palabras.
La Fundació Germà Tomàs Canet de Sant Joan de Déu acompaña a personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad y de exclusión social con el objetivo de que mejoren su calidad de vida y favorecer su integración en la sociedad. Atienden mayoritariamente a familias con hijos menores de edad y personas solicitantes de asilo.
Con el apoyo de todas las personas del centro, Margarita podrá disfrutar mucho con su hijo de todos los días que vengan, y es que Niko ha tenido la suerte de empezar a crecer en un lugar donde el cuidarse, los detalles y la solidaridad son el día a día de todas las personas que viven allí. La nueva vida dará fuerza para salir adelante mientras construimos un mundo mejor para todos los que lleguen.
