El pasado 5 de abril, el alumnado de primero de Bachillerato de la escuela Isabel de Villena de Esplugues de Llobregat compartió una mañana con los usuarios de los Servicios Sociosanitarios de Sant Joan de Déu, con el objetivo de ayudarles a plantar flores en el pequeño jardín del Centro de Día.
Lo primero que hicieron los alumnos fue reunirse con Laura Fernández, coordinadora de voluntariado de Sant Joan de Déu Serveis Sociosanitaris, que les explicó cuáles son las tareas que se desarrollan en el centro y cuáles son los usuarios que asisten día tras día. Tras la charla, los estudiantes tuvieron la oportunidad de pasar un rato y conversar con la gente mayor que se encuentra en el Centro de Día, donde pudieron intercambiar experiencias e historias personales, y realizar conjuntamente algunas de las actividades de los talleres que hacen a diario. La sala donde se encuentran también cuenta con ordenadores, por lo que algunos estudiantes colaboraron en la realización de ejercicios virtuales enfocados sobre todo a reforzar la memoria y los estímulos que, con el tiempo y debido a determinadas demencias, van quedando dañados.
Mientras algunos jóvenes hacían compañía a las personas mayores del Centro de Día que tan sólo visitan las instalaciones durante unas horas, otros visitaron el Hogar residencia donde viven usuarios que sufren trastornos mentales graves. Una vez familiarizados con los espacios y las actividades que se realizan, los jóvenes y los ancianos salieron al jardín aprovechando que había parado de llover.
Con energía y un poco de música de fondo, los adolescentes acompañados de personas mayores, plantaron nuevas flores que darán color y vida al centro, ahora que comienza la primavera. Esta actividad se enmarca dentro del programa Escuela amiga que tiene como objetivo ofrecer a los jóvenes la posibilidad de entrar en contacto con los diferentes colectivos que atendemos en San Juan de Dios (personas mayores, personas en situación de sin hogar, con problemas de salud mental o infancia hospitalizada) para romper los tópicos y estereotipos que rodean a menudo las realidades más vulnerables de nuestra sociedad.
Al final de la mañana, los alumnos escribieron algunas reflexiones y agradecimientos en unas tarjetas que entregaron a las personas con las que compartieron la jornada. Según Federico Fernández, uno de los alumnos de la escuela, el hecho de conocer a la gente del centro ha sido «muy divertido, íntimo y gratificante».