El derecho a la despedida

Unas manos que se dan calor.

Despedirnos de los seres queridos es una necesidad primaria que las personas tenemos como seres humanos.

El equipo del Hospital San Juan de Dios de Pamplona-Tudela lo sabe bien, puesto que el centro es referente en atención paliativa y final de la vida. Pero la COVID-19 está impidiendo a muchas familias la posibilidad de despedirse. Este hecho genera mucho dolor y sitúa las personas afectadas ante un duelo “nuevo” que añade incertidumbre, miedo y profunda tristeza. A los familiares y a las personas enfermas, pero también a los profesionales que, como dice Juan Pedro Arbizu, responsable del área de psicología del Hospital San Juan de Dios de Pamplona-Tudela, “a su labor técnica están añadiendo el esfuerzo infinito por llenar este vacío que el coronavirus proporciona”.

Por todo ello, Arbizu defiende el derecho a la despedida, también en circunstancias duras: sólo una persona de la familia y en un momento determinado. Y en los casos en los que no sea posible, buscar alternativas a esa “no presencia”, intentando aplicarlas con cada paciente y cada familia.

A través de varias publicaciones en medios, el responsable del área de psicología del Hospital traslada a la sociedad estas realidades para que puedan ser contempladas y entendidas. En un artículo publicado en el Diario de Navarra, Arbizu explica por qué es tan importante este momento final y ofrece pautas a las personas afectadas para que puedan llevar mejor estos momentos tan difíciles. Como dice él, «habrá que estudiar las secuelas que deja esta pandemia. Las económicas serán, con toda seguridad, importantes, pero las emocionales son incalculables».

La COVID-19 ha generado una crisis que evidencia la fragilidad humana, especialmente la de las personas en situación de vulnerabilidad. ¿Quiénes son realmente? En San Juan de Dios las queremos cuidar y acompañar contigo.
¡Conócelas en Las Caras de la Vulnerabilidad!

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