Diplomat en Infermeria per la Universitat de Barcelona i especialista en salut mental. Màster en direcció d’organitzacions sanitàries (ESADE). Màster en institucions sanitàries (UAB). Màster en administració i gestió en infermeria (UB). Postgrau en infermeria psiquiàtrica i salut mental. Professor col·laborador al postgrau de salut mental i continuïtat de cures, com també al postgrau d’atenció espiritual i al postgrau de qualitat, seguretat i legal.
José Luís Argudo | Gerent de Sant Joan de Déu Serveis Sociosanitaris
Hay muchas maneras de atender a las personas, y normalmente no todas son válidas, la diferencia viene dada por donde haces hincapié, y cuando hablo de “atender” no me refiero exclusivamente a una atención sanitaria, ni la que se da en los servicios sociales, ni a la línea educativa… Me refiero a cómo nos relacionamos con las personas, en todos los ámbitos y a lo largo de la vida.
En Sant Joan de Déu entendemos esta relación desde la idea de hospitalidad, y como que este es un concepto amplio intentaré simplificarlo con una frase: “hacer que te sientas en tu casa”. ¿Qué quiere decir? Quiere decir muchas cosas. Algunas muy obvias y otras más profundas. Cogiendo una metáfora simplista sería abocar aquel sentimiento que todos tenemos cuando volvemos a casa después de unas vacaciones, que a pesar de que has dormido en una cama maravillosa, has comido los platos más elaborados, no has tenido que hacer las tareas del hogar y has podido relajarte y tener tiempo libre para hacer las actividades de ocio que no puedes hacer durante el resto del año, cuando vuelves paradójicamente piensas “¡qué bien que he llegado a casa!”.
Conseguir que “un desconocido” tenga esta sensación desde el primer momento que entra en tu casa no es fácil, pero es nuestra prioridad. El reto no es invitar a la persona a entrar, ser respetuoso y amable, dar respuesta a sus necesidades de manera coordinada, con calidad y profesionalidad y acompañarla en todo el proceso, todo eso es evidente. Donde realmente está el quid de la cuestión es en renunciar a tus costumbres y preferencias para responder a la voluntad del otro. Entonces es cuando podemos decir que “se encuentra en su casa” y no “como en su casa”, una cuestión que nada tiene que ver con propiedades, sólo con sentimientos. Y es desde aquí que tenemos que entender la idea de “atención basada en la persona”, es ella quien marca las pautas… el qué, el cuando y el cómo.
Todos estos conceptos están muy de moda, pero para aplicarlos de manera profunda habrá que estar muy conscientes y dispuestos a salir de nuestra zona de confort.
Y, en esta puesta en práctica, hará falta contemplar también que la mirada de los diferentes actores invitados sea holística, independientemente que cada uno sea experto en un aspecto o materia, tiene que estar atento a las necesidades y voluntades de la persona en todos los aspectos de su vida y actuar en consecuencia. Por eso desde Sant Joan de Déu pensamos que, independientemente del ámbito a qué te dediques, tienes que ir más allá de tu parcela cómo experto y procurar activar los mecanismos necesarios para que la persona esté bien atendida en todas sus dimensiones.
Hoy en día al “experto” no se le pide una actitud paternalista, se le coloca en el mismo plano.
Si cogemos el ejemplo del cuidado de gente mayor, no sólo hay que dar una buena atención sanitaria, sino que hay que tener en cuenta sus características y también sus prioridades según su filosofía de vida. O en el caso de un alumno, además de procurar un buen aprendizaje de conocimientos, deben tenerse en cuenta sus circunstancias personales y si hace falta, acompañarlo para hacerles frente.
Este es un cambio profundo que exige la sociedad a todos los que nos dedicamos al cuidado de las personas. Hoy en día al “experto” no se le pide una actitud paternalista, se le coloca en el mismo plano, de tú a tú, y de acuerdo con sus conocimientos se le exige información completa, contrastada, basada en la evidencia e individualizada, para que la persona atendida pueda escoger la mejor alternativa para ella.
Las instituciones estamos haciendo la adaptación hacia este modelo, pero probablemente es la sociedad quien lleva la delantera. Hay aspectos del pasado arraigados a la forma de hacer actual que dificultan acelerar la marcha, pero no tenemos más remedio que entenderlo y aceptarlo, y ponerse a trabajar con atrevimiento si queremos dar una buena respuesta.
Además, las necesidades sociales cada vez son mayores, el aumento de la esperanza de vida hace que las enfermedades crónicas y las personas dependientes experimenten un crecimiento progresivo y por tanto, todo hace pensar, como dice una amiga mía, que quizás nunca conseguiremos hacer realidad el sueño de que ninguna persona necesite ser atendida.
Este artículo se publicó el 7 de noviembre en social.cat