El I Congreso de Solidaridad, celebrado del 17 al 19 de noviembre en la Feria de Barcelona, ha sido un espacio de reflexión que ha servido para fijar como nuevos retos de la institución, atender las nuevas realidades de vulnerabilidad y facilitar que las personas atendidas se empoderen.
Más de 600 profesionales, voluntarios, usuarios, colaboradores y hermanos se han reunido este fin de semana con expertos externos a la institución para definir las estrategias que tiene que seguir San Juan de Dios en materia de solidaridad. Las jornadas se han estructurado a partir de cinco ejes, sobre los cuales gira la actividad de la institución: derecho al hogar, derecho a la ocupación, derecho a la salud, derecho a la participación y cooperación internacional.
El intercambio con otras entidades como Oxfam Intermón, Càritas, Médicos sin Fronteras o Amics de la Gent Gran ha permitido extraer conclusiones extrapolables a todo el sector, proponiendo un modelo de solidaridad que haga extensiva la atención a los nuevos colectivos en riesgo de exclusión y que profundice en la implicación de las personas atendidas en sus procesos de recuperación.
Durante los tres días, se ha generado un intenso debate que ha permitido aflorar reflexiones clave como:
- La desigualdad social genera desigualdades de oportunidades, en cuanto a, por ejemplo, no poder pretender que una persona que no tiene un plato en la mesa afronte con tranquilidad una entrevista de trabajo.
- La salud no es sólo una cuestión biológica sino también una cuestión social, como lo demuestra la diferencia de la esperanza de vida entre varios barrios de una misma ciudad.
- El derecho a una vivienda digna y asequible no permite poner condicionantes. Todo el mundo, independientemente de su origen o clase, merece un lugar donde vivir.
- La participación de los usuarios tiene que estar en el centro de la atención. Hay que abandonar el paternalismo y facilitar que las personas atendidas tengan capacidad de decidir sobre sus vidas: Nada sobre nosotros sin nosotros.
Ante estas realidades, San Juan de Dios se reafirma en el deber de cuidar del otro, una apuesta irrenunciable que ha sido la esencia de la institución desde su fundación en el siglo XVI.
En esta línea, la doctora en filosofía por la Universitat de Barcelona, Begoña Román, afirmaba en la conferencia inaugural que “la solidaridad no es confortable en una sociedad injusta, pero no nos podemos desmoralizar, hay que estar junto al otro”, haciendo un llamamiento a no acomodarse y a abrir los ojos a las nuevas situaciones de vulnerabilidad que genera el sistema, tales como las personas refugiadas, las familias desahuciadas o los trabajadores pobres. En esta idea de estar junto al otro también profundizó el profesor de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social de la Fundación Pere Tarrés (Universitat Ramon Llull), Oscar Martínez: “en la atención social tenemos que romper con el concepto ‘los otros’ y ‘nosotros’”, apelando a comprender la vulnerabilidad como una realidad que nos afecta a todos.
Así mismo, el director de Oxfam Intermón Cataluña, Francesc Mateu, advirtió que “cuando combatimos la pobreza, combatimos la pobreza del otro, pero cuando combatimos la desigualdad, nosotros formamos parte de esta situación y nos implica”. Una responsabilidad que reforzó el activista Arcadi Oliveres: “tenemos que democratizar el trabajo, fomentar la participación a la sociedad y recuperar la implicación en las empresas”. Una apuesta por la transformación social desde los actos individuales y colectivos que también sentenciaba Román: “No hay solidaridad institucional, si no hay solidaridad personal; el compromiso no puede ser eventual ni a ratos. Tiene que transformar las causas”.
Joan Benach, politólogo especializado en salud pública, afirmaba que «la desigualdad en salud es la mayor epidemia social porque determinados grupos sociales sufren problemas derivados de sus causas», refiriéndose al gradiente social de la salud y Albert Sales, politólogo y sociólogo asesor del Ayuntamiento de Barcelona, alertaba de que «la precariedad laboral comporta una precariedad vital y la situación actual de crisis ha cronificado la situación de las personas ‘descartadas’ de la sociedad». Por su parte, Dessirée Garcia, responsable del Programa de Formación e Inserción Sociolaboral de Càritas, concluía: «Cuando hay una entidad intermedia entre las personas en riesgo de exclusión y las empresas, el salario sube, las condiciones laborales mejoran y las empresas toman mayor conciencia social».
Los talleres y grupos de trabajo entre los participantes permitieron concretar estrategias para afrontar los nuevos retos de manera coordinada entre los más de 20 centros de la institución en la Provincia de Aragón – San Rafael, que abarca el territorio de Navarra, Aragón, Cataluña, País Valenciano, Islas Baleares y Murcia.
El domingo disfrutamos de una conferencia con Joan Melé sobre la construcción ciudadana de una sociedad más justa interpelándonos sobre nuestra capacidad y urgencia para provocar cambios y la importancia de la educación en valores. También intercambiamos impresiones en tres interesantes diálogos del espacio ‘Faros para la Solidaridad’ con Anna Pineda de Médicos Sin Fronteras sobre la captación ética de recursos, con Albert Quiles de Amics de la Gent Gran sobre el voluntariado en la sociedad actual y con Mariona Puigdellívol de Oxfam Intermón sobre la sensibilización como herramienta de transformación.
Lee la crónica sobre el Congreso en el número 258 de la Revista IN.