María Rocío Infante | Voluntaria Sant Joan de Déu Valencia
Nada más instalarse en Valencia, María Rocío tenía claro que quería hacer voluntariado. Ya jubilada en su país natal, El Salvador, y recién instalada en Valencia, no dudó en buscar proactivamente un voluntariado y así conoció Sant Joan de Déu Valencia a través de un portal digital.
“Miré unas cuantas entidades, pero, tras conocer lo que hacía San Juan de Dios y las necesidades que tenía de personas voluntarias para acompañar actividades de arte y hacer salidas para tomar un café por la ciudad, me encantaron las dos actividades”. Con los talleres artísticos ya demostró su madera de voluntaria, sabiendo adaptar la actividad. “Yo la habría planteado diferente. Sin embargo, tras conocer a las personas con las que iba a estar, vi que era yo la que tenía que adaptarme y decidí individualizarla a los gustos de cada una de ellas”. Y es que esta es una de las características del voluntariado en Valencia: la predisposición y facilidad para adaptarse a los intereses de las personas que acompañamos.
Cuando se le pregunta sobre qué es lo mejor del voluntariado para ella, no lo duda: “Lo mejor es poder acompañar y escuchar a las personas que son atendidas en los programas SJD. Compartir tiempo con ellas hace que me sienta parte de esta acción social”.
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