«5 days to dance» es una experiencia de danza inclusiva que consiste en una inmersión en el mundo de la danza durante 5 días con personas «amateurs» y que tiene como objetivo crear y desarrollar un espectáculo colectivo.
El proyecto, creado por los coreógrafos Wilfried van Poppel y Amaya Lubeigt, empezó en escuelas y este año ha llegado al Centro Penitenciario Brians, dónde el Parc Sanitari Sant Joan de Déu gestiona la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica Penitenciaria (UHPP), gracias a la Obra Social de San Juan de Dios, que financia parte de los proyectos de Cultura Inclusiva del Parque Sanitario de San Juan de Dios.
La semana del 23 al 27 de setiembre del 2019, aproximadamente cincuenta personas actualmente presas del centro penitenciario ensayaron cada día la coreografía «Home sweet home», que representaron el viernes por la tarde en el polideportivo de la prisión ante público residente del centro penitenciario y también del personal de San Juan de Dios. La gestora del proyecto, Ainhoa Macias, aseguró que la experiencia es «un regalo que no tiene precio, tanto para los que duermen dentro como para los que duermen fuera.»
La representación, que duró media hora, se llama «Home sweet home» porque quiere transmitir «la sensación de estar bien, como cuando se está en casa», explicó el coreógrafo Wilfried van Poppel. El baile habla de la comunidad: «empiezan juntos y acaban juntos, pero pasan por discusiones, alborotos y recuerdos. Pero acaban en comunidad, juntos», concluyó Poppel. La coreógrafa Amaya Lubeigt explicó como a través de la danza, que es un lenguaje común, habían conseguido romper fronteras: «Cuando bailamos no hay ningún protocolo ni distancia de por medio: nos hemos abrazado y dado cariño, y eso es también una terapia.» De hecho, una de las usuarias, Thaulita, dijo que había estado una «experiencia transformadora» porque «no es nada que te imponen, sino que te sale de dentro, de tu interior, y es trasformador para todos.»
Que un proyecto como este pueda llevarse a cabo en un centro penitenciario tiene un valor añadido de inclusión social y de lucha contra el estigma en ciertos colectivos. El objetivo es situarse delante de un reto en igualdad de condiciones. Según dice el coreógrafo, «no queríamos saber la historia de la gente ni lo que han hecho. Cuando vienen son personas y es espectacular pensar que aquí hay gente que quiere hacer esto y mostrar su lado positivo. Sin etiquetas se pueden hacer muchas cosas.»
La Obra Social de San Juan de Dios, a través de eventos y movilizaciones como la Magic Line SJD, puede contribuir a financiar proyectos que, como este, fomentan la cultura inclusiva.