Los barquillos solidarios SJD de la Obra Social de San Juan de Dios se fabrican en el obrador El Rosal de Tàrrega, que este año cumple su primer centenario y promueve la inserción laboral de personas con discapacidad y riesgo de exclusión social.
La tarea encomendada por San Juan de Dios para esta campaña de Navidad no era fácil. ¡Han tenido que elaborar 258.500 barquillos para introducirlas en 23.500 cajas de cartón!
Se trata de unos barquillos artesanales, no hay dos de iguales. Cada caja contiene 11 barquillos hechos a mano, uno a uno. Y, además, había una dificultad añadida: cada barquillo contiene en su interior una pequeña tirita de papel con un mensaje impreso, como el de Juan José, de 65 años y usuario de Sant Joan de Déu Serveis Socials Barcelona, que escribe: “Deseo que venga más gente a vernos al hogar-residencia del centro”. Los Barquillos Solidarios de SJD contienen los deseos de niños y niñas hospitalizados, de gente mayor y personas que han perdido su hogar, migradas o que sufren un trastorno mental. Hay hasta 33 mensajes diferentes que los trabajadores y trabajadoras del obrador, con la ayuda también del voluntariado, introducen pacientemente en cada una de los barquillos.
La historia detrás del obrador El Rosal
El pequeño obrador El Rosal fue fundado en 1920 por Josep Serra en Tàrrega. Pronto consiguió que sus galletas obtuvieran una gran popularidad gracias a su fórmula, guardada celosamente, su proceso y sus ingredientes de calidad. Produce diferentes tipos de galleta como los barquillos que le harán famoso, pero también cubanitos (barquillos más pequeños y gruesos), de tal forma que en Tàrrega y la comarca se los conoce como “los cubaneros”. Lluís Serra, hijo del fundador, continúa gestionando la empresa familiar. El Rosal continuó funcionando y abrió una pequeña tienda en Tàrrega hasta 1998, año en que se cierra el negocio y las máquinas del obrador dejan de funcionar.
En 2001 el Ajuntament de Tàrrega entendió que había que buscar una salida al negocio y recuperarlo. Los hermanos Serra llegaron a un acuerdo con la Associació Alba y les traspasaron el negocio. El obrador volvió a funcionar, esta vez con cuatro trabajadoras, dos de ellas con discapacidad, la Neus y la Dolors, dos pioneras que todavía recuerdan que, cuando salían de trabajar, las personas que se iban encontrando por la calle les comentaban “hueles a galleta”, dicen entre risas. La entidad inicia un proceso de aprendizaje para conocer el proceso de elaboración artesano usando la misma fórmula centenaria y relanza la marca y el producto desde un nuevo obrador con valor social.
Por lo tanto, estos barquillos tienen un doble valor social. Por un lado, llevan al consumidor a conocer las realidades diversas de las personas que cuidamos en San Juan de Dios poniendo su granito de arena para ayudar a cambiarlas y, por otro lado, brindan oportunidades laborales a personas en riesgo de exclusión social.
Deseos compartidos
Hay deseos que solo podemos hacer realidad si todo el mundo los compartimos. Esta Navidad, ayudamos a hacer realidad las ilusiones y los sueños de las personas atendidas en San Juan de Dios con los Barquillos Solidarios SJD. Con la compra de estos barquillos os implicáis en el camino para construir un mundo más justo, hospitalario y solidario. Con los #DeseosCompartidos que contienen, estos barquillos hacen de puente entre dos realidades que se quieren acompañar y entender.
Os recomendamos leer este artículo sobre El Rosal ‘El aroma más dulce‘ publicado en La Vanguadia, que apadrina la campaña, y en el que se basa esta noticia.