Vivir la COVID-19 en primera línea, tal y como ha hecho el auxiliar de enfermería Aina Leida, te puede llevar a vivir historias muy tristes, otras de muy bonitas y a veces, incluso, historias que son tristes y bonitas a partes iguales. Esta es un poco la historia de Antonio y Carmen, un matrimonio mayor que llegaron al Parc Sanitari SJD con diagnóstico de COVID-19.
Con el paso de los días, Carmen empeoró y la trasladaron a la unidad de semicríticos. Tal y como ha explicado Aina, Antonio estaba muy preocupado por su mujer y por eso hacían lo posible para animarle. Pero «desgraciadamente, llegó el día que Carmen nos estaba dejando y él no sabía nada». Fue entonces cuando Inma y Bernat, compañeros de trabajo de Aina, ayudaron a gestionar la situación. «Vivimos aquellas horas con mucha pena, pero también con mucha ternura».
«Carmen y Antonio, después de toda una vida juntos, pudieron despedirse el uno del otro y, en plena pandemia, conseguimos que la hija también pudiera despedir a su madre», explica Aina. «¿Cómo puede ser que con una situación tan difícil acabes sintiendo que eres afortunada? Afortunada de ser en el lugar y en el momento indicado con los compañeros, afortunada de la profesión y de las personas que la viven conmigo».
Con la campaña Las Caras de la Vulnerabilidad ayudamos a las personas que están en situación más vulnerable debido a la COVID-19, y podemos apoyar a quien más lo necesita en momentos tan difíciles.