Sandra Martínez | Voluntaria en la Fundació Germà Tomàs Canet
Hace más de 10 años que cada viernes por la mañana Sandra visita y acompaña a varias personas de una residencia en Castelldefels, salen al parque a desayunar y comparten tiempo de ocio, conversación, juegos, escuchan música y disfrutan unos de otros. “Lo que más me gusta es tener la oportunidad de poder crecer como persona conociendo situaciones diversas y otras realidades, sentir que formo parte de un equipo que te cuida y te forma para hacer tu tarea de la mejor manera posible”.
Descubrió que podía ser voluntaria de San Juan de Dios cuando vio a un voluntario del Hospital SJD dando un globo en forma de corazón a una niña que esperaba ser visitada. “Acompañar a personas con diagnóstico de patología mental es una de las mejores experiencias de mi vida”. Le motiva la idea de contribuir a construir una sociedad más inclusiva en la que todo el mundo tiene cabida, independientemente de su situación.
Destaca que siempre se ha sentido como en casa, la relación con el resto de los compañeros voluntarios y el cambio
que ha experimentado como persona. Asegura que, cuando te acercas al sufrimiento del otro, te olvidas un poco de ti mismo para dar el sitio que merece quien necesita ser escuchado o acompañado, y al mismo tiempo te ayuda a encontrar tu esencia.
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