Begoña Román, Doctora en Filosofía por la Universidad de Barcelona, plantea algunas líneas rojas en el ámbito de la solidaridad, muchas históricas. En primer lugar, una solidaridad asistencialista, basada en un modelo de beneficencia donde se hace «todo para el pobre, pero sin el pobre», sin tener en cuenta sus contextos.
La segunda sería una solidaridad meramente emotiva, sin reflexión ni evaluación de las consecuencias y meramente económica por los que pueden, como si fuera un artículo de lujo.
La tercera línea roja sería la solidaridad del divertimento, que aprovecha unas causas para organizar eventos pero que no cambia las estructuras reales. Y finalmente, la cuarta línea roja sería la de la solidaridad estética, donde yo me siento bien y me gusta hacerlo, pero cuando no me guste dejo de hacerlo.